Este domingo pasado por fin pude ir a la Fonda Villa Rica de Javier Cota y su esposa Lily.

Está en la esquina de Bento Juárez (la que sube de la presidencia) y Reforma (dos abajo de Vasconcelos), en el casco de San Pedro.

Es Fonda para poder tener contacto y buena platica con los clientes, y es familiar por que los esposos se encargan de todos los detalles.

Los domingos cierran a las 3 y yo con mis pendientes matutinos del futbol y el trueque de libros. Nos tuvimos que dar prisa la Chavela y yo para llegar a las 2:30.

¿Pediremos albóndigas en caldo, caldo de res, pozole? Pensábamos nosotros. «Ya solo tengo menudo, se nos acabó todo». «Bendito Dios, ponnos dos menudos». «¿Te gusta con pata?, me quedó la pata». «Más bendiciones, échame la manita».

El menudo te lo sirven calientito, bien surtido, acompañado de cebollita y chile cortado y sus tortillas bien calientitas. Después de probarlo le digo: «Tiene una falla». «¿Cual?». «No vengo crudo». Otro comensal me secunda mi comentario. Buenísimo el menudo que preparan todos los sábados y domingos. Abren de lunes a domingo, con un menú muy norestense, una atención esmerada, y una sazón como pocas.