Con la pandemia, hemos tenido que posponer nuestras Rutas Norestenses.
Ya teníamos trabajadas varias. La Ruta por la ciudad de Monterrey, la Ruta Cantinera, la Ruta a Higueras, la Ruta a Bustamante. Pero es importante ganarle primero al virus, y no para regresar a nuestra vida anterior, sino para reactivarnos a la vida en sociedad de una mejor manera, más armoniosa.
Mientras eso sucede, estamos haciendo, entre otras cosas, la Ruta del Taco en Monterrey. Aprovechando que los tacos mañaneros son toda una tradición gastronómica y, como lo vamos a ir descubriendo, cultural, en la ciudad, siguen prestando su valioso servicio.
De treinta establecimientos que vamos a visitar, ya llevamos cinco recorridos y los cinco tienen una misma característica: son negocios familiares. En la taquerías trabaja el papá, la mamá, los hijos, la prima, el cuñado.
Cuando hablamos de la cultura norestesnse, hablamos de: hombres ilustres, del clima que nos hizo fuertes, de los naturales que vivieron antes de la llegada del europeo, de los tlaxcaltecas que nos dieron sus costumbres, de los franciscanos, de que no tuvimos minas de oro ni plata, bueno hasta de los sefardíes.
Hay una característica que nos hizo fuertes y que se está perdiendo: nuestro vínculo familiar. La familia era y debe ser el centro de toda persona. Aclarando que no es exclusivo de la gente exitosa, conozco muchos ejemplo de personas que casi sin familia, lograron y siguen logrando transformarse en verdaderos héroes sociales, para muestra, el doctor José Eleuterio González. En general, nuestros padres, abuelos, bisabuelos, norestenses, pertenecieron a un núcleo familiar fuerte.
Hoy en día, no es fácil mantener y aquilatar ese núcleo familiar. Vale la pena luchar por ello.